Con dos hijas guarras y tan salvajes, cualquier padre estaría más que feliz y este cerdo deja que le hagan una buena mamada a su polla fláccida. Las putas, una rubia y una morena, se arrodillan como dos esclavas y compiten para lamer y chupar la polla de su padre guarro que gime de placer y luego le destroza el coño a golpes secos y duros. Poco después, la morena se orina en las preciosas tetas de su hermana, y el cerdito muy sediento lame hasta la última gota.
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